Luego de 30 años de gobierno socialista en Rosario, Pablo Javkin tiene como prioridad oxigenar la gestión y darle su propia impronta. De eso depende su futuro político: "lo más importante es cómo nos va en Rosario. Si va bien, hay proyecto a futuro", resumieron en su entorno.

Para ello, Javkin les exigió a sus funcionarios salir del Palacio de los Leones y desplegar políticas de cercanía con los vecinos. Sobre todo, las áreas de control para una ciudad que demanda mayor seguridad son fundamentales. A la vez, mejorar los servicios de higiene urbana y mantenimiento de calles, entre tantas deudas.

[Javkin refuerza lo controles urbanos para contener la violencia en Rosario]

Pero dar respuestas a tantos frentes en épocas de escasez y con presupuestos ajustados es complicado. En ese sentido, Javkin extremó el ahorro municipal en gastos superfluos y aceitó los vínculos con los gobiernos provincial y nacional en busca de recursos. Ello le permitió afrontar el pago de los sueldos en tiempo y forma.

En paralelo, la política. Javkin apuesta a fortalecer su propio espacio, el partido Creo que tiene personería provincial y buscan convertirlo en nacional de distrito lo cual, le permitiría presentar candidatos a diputados y senadores nacionales en 2021.

En un principio, cuando Lilita Carrió les intervino la Coalición Cívica porque se negaron a pegar el salto a Cambiemos, la consolidación de una orgánica fue una necesidad. Ahora, responde a una estrategia de poder que le permitirá disputar el liderazgo del Frente Progresista con el radicalismo y el socialismo.

El desafío no es sencillo para Javkin quien, a pesar de gobernar la principal ciudad de la provincia, tanto la UCR como el partido liderado por Lifschitz, están dando signos de fortaleza. Por un lado, las distintas vertientes radicales con representación en la Legislatura sellaron un acuerdo de unidad.

Tanto los progresista como los que se fueron con Cambiemos se sentaron en una misma mesa y negocian en bloque conducidos por Carlos Fascendini. Por el otro lado, los socialistas, que había salido muy golpeado de las elecciones, se sienten revitalizados con la estrategia que eligió Perotti de apuntar todos los problemas de gestión a la pesada herencia: "nos puso de nuevo arriba del ring", reconoció una fuente del partido de la rosa.

Como sea, Javkin deberá hacer músculo para convertirse en quien conduzca todo este espacio. En consecuencia, apunta al afianzamiento de Creo como fuerza independiente a los grandes partidos. Sobre todo, diferenciarse del radicalismo donde se formó y piden a gritos que vuelva a la orgánica.

El mismo Javkin se lo aclaró a Alfredo Cornejo en octubre del año pasado cuando participaron de la presentación del libro "Adelante Radicales" de Andrés Malamud junto a Martín Lousteau. El rosarino ya se había convertido en intendente electo y las generales nacionales aún no habían sucedido.

En el acto, Javkin relató que había hecho todas las inferiores en el radicalismo pero que tuvo que irse para poder jugar en primera. Ante la revelación, Cornejo hizo el ofrecimiento a viva voz: "Pablito, volvé que te damos la diez" pero no generó más que las risas del momento.

"Nunca sacamos el pié del plato pero siempre fuimos a internas", sostuvo en diálogo con LPO Débora Marzioni, presidenta de Creo, refiriéndose al Frente Progresista que hasta ahora había sido hegemonizado por el socialismo.

 Nunca sacamos el pié del plato pero siempre fuimos a internas 

En ese sentido, Marzioni consideró que el armado que gobernó tres décadas Rosario y 12 años Santa Fe deberá reconstituirse con otra dinámica interna: "Creo no es un eslogan, sino es la expresión de una coherencia con la que entendemos a la política".

A su vez, el armado nacional no escapa al horizonte de Javkin y su principal aliado es Martín Lousteau a través de quien explora acuerdos con el jefe porteño, Rodríguez Larreta. Muy probable que en las elecciones intermedias Creo lleve su precandidato a diputado nacional "de una tercera opción con futuro", admiten.